viernes, 16 de febrero de 2024

Didáctica - Tema 11

Tema 11: la Evaluación en el Aula de Lenguas Extranjeras

¡Hola a tod@s de nuevo! Bienvenid@s a mi última entrada para la asignatura de Didáctica de las Lenguas Extranjeras, y con ella, también la última para concluir con este blog. Hoy nos centraremos en el tema 11, el cual, al igual que el 3, fue impartido por la docente Cristina. Este tema se encuentra enfocado, por un lado, en el uso de descriptores, o también denominados rúbricas; y, por el otro, en las evaluaciones inicial, formativa y final. ¡Vamos a ello!

La primera sesión fue dedicada a las rúbricas para evaluar la expresión oral y escrita; más concretamente en las herramientas usadas en la evaluación formativa, la definición y características de las rúbricas, y las pautas y métodos para la evaluación de estas. Respecto a este tema, no puedo obviar el hecho de que aunque en materias anteriores ya nos lo hubiesen presentado (he incluso nos evaluasen con él), resultó de gran utilidad haber indagado más en profundidad sobre este método de evaluación. Un método de evaluación que requiere dedicación y que se ofrece como una herramienta compleja para tereas complejas.

Siguiendo los contenidos tratados en el aula, también se trató la evaluación formativa, que requiere un feedback continuo y que sirve para identificar los puntos fuertes y débiles del alumnado y reconocer las tareas más difíciles para ellos/as. Así, este tipo de evaluación debe presentar unas características vitales, como son la transparencia, claridad de sus objetivos, consistencia, oferta de medidas múltiples y el suministro de feedback descriptivo. Por lo tanto, considero que este tipo de evaluación se presenta como el principal motor a largo plazo del proceso de aprendizaje (análogamente, serían las correcciones que hace un entrenador/a a su deportista en cada entrenamiento). Además, de entre todos los instrumentos que puede requerir, en clase se destacaron las ya mencionadas rúbricas.

Centrándonos en las rúbricas, estas se muestran como una serie de criterios coherente, que incluye descripciones de los niveles de calidad de actuación del alumnado en ellos. Asimismo, son descriptivas, y no evaluativas, pues no se emite un juicio, sino que se empareja con la descripción. Además, también las hay de diferentes tipos, aportando una maleabilidad realmente útil frente a la gran diversidad de contextos educativos que ofrece la educación secundaria.
Para finalizar con la parte teórica de la sesión, por un lado, tratamos el proceso para la realización de rúbricas, que a grosso modo está compuesto por la definición de los criterios, seguida por decidir la escala de calificación y por último el desarrollo de las descripciones de los diferentes niveles. Por el otro lado, también fueron mencionados errores comunes a la hora de trabajar con rúbricas, como confundir la tarea con el objetivo de aprendizaje y confundir rúbrica con baremos, que se enfocan más en la cantidad (siempre, a veces, nunca etc.).

Debo hacer especial mención a los consejos finales sobre el uso de las rúbricas, pues considero que adaptar la lengua para que las pueda usar el alumnado, además del uso de la primera persona, provocará una mayor involucración por parte del alumnado en su propio proceso de evaluación, adquiriendo así un papel protagonista en el proceso de aprendizaje pues serán responsables de sus propios resultados. Como ejemplo, Cristina nos mostró una rúbrica para la evaluación de una Chocolate-chip cookie, la cual me pareció realmente útil para poder apreciar las principales características que deben tener (las rúbricas, no las galletas con pepitas de chocolate, que también).

Como actividad práctica, y para concluir la sesión, tuvimos que crear una rúbrica para las actividades de mediación que realizamos en el tema 3, cuyo resultado fue el siguiente:

Al respecto de esta actividad, debo decir que me pareció una buena idea reciclar una tarea previa, pues el contenido sería más fácil de tratar, y la motivación, mayor.

La segunda, y última sesión del tema se enfocó en la evaluación inicial, formativa y final. Al presentar un contenido teórico relativamente extenso, y al no querer realizar una entrada demasiado larga, más allá de resumir todos los contenidos, mencionaré los aspectos que me resultaron más interesantes y las actividades prácticas.

Una vez tratas las definiciones principales de evaluación inicial y formativa, me llamaron la atención los dos esquemas que reflejan dos perspectivas de la evaluación: una del aprendizaje, y otra para el aprendizaje:





Como se puede apreciar, al igual que el primer esquema refleja una perspectiva más tradicional de la evaluación, que se ve limitada a los exámenes "de toda la vida", el segundo refleja una visión enfocada en tareas que reflejen situaciones auténticas, reales, y que muestren lo que el estudiantado, que adquiere el papel de protagonista es capaz de hacer. Por lo tanto, si bien la segunda opción es más laboriosa para el profesorado, resultará aún más gratificante al ver los resultados en un alumnado más motivado con las nuevas reglas de juego.

Acto seguido, se trataron las diferencias entre la evaluación formativa y la sumativa, de las cuales debo admitir que no era realmente consciente. Contando con 4 apartados diferentes (¿Para qué?, ¿Quién evalúa?, ¿Cómo? y ¿Cuándo?) se pudieron apreciar de manera más pormenorizada esas diferencias: mientras la evaluación sumativa refleja más el primer esquema (con objetivo de calificar o certificar, realizada con criterios prescriptivos y herramientas fiables como exámenes al final del curso, trimestre o unidad etc.); la evaluación formativa se ve reflejada en el segundo (objetivo de informar tanto al alumnado como al profesorado sobre la eficacia y el desarrollo del aprendizaje, realizada con técnicas, acciones y diversas herramientas sencillas y manejables por el alumnado, realizables a largo, medio y corto plazo...).

Si bien esta sección me pareció más que útil para reconocer las diferencias entre estos dos métodos de evaluación, también debo hacer mención a la importancia del feedback. Mientras que por un lado me pareció muy interesante el experimento de Ruth Butler, pues mostró la relativa ineficacia de la nota numérica frente a los comentarios a la hora de evaluar; también me chocó la peligrosidad del ensalzamiento del ego del alumnado descrita por Dylan Wiliam (para la que realizamos una actividad de verdadero o falso con nuestros conocimientos previos, la cual me pareció una buena toma de contacto para el vídeo). Por último, también quiero destacar las menciones a Hattie & Clark (2018), o Sadler (1989) acerca de la calificación y el feedback.

Pasando por las estrategias para la incorporación formativa y los instrumentos de evaluación, llegamos a los tipos de esta, donde se trataron en primer lugar las ventajas y desventajas de la autoevaluación, coevaluación y heteroevaluación; y en segundo lugar la evaluación formativa y sumativa, donde realizamos un ranking por parejas de las principales ventajas de la primera:

1) Pode mostrar o progreso do alumnado a través das mostras e documentación recollida.

2) Pode dar información máis aló da académica sobre o alumnado.

3) O profesorado recibe información sobre os puntos forte e débiles do alumnado de forma múltiple e a través de actividades auténticas.

4) É un reflexo real do que se fai en clase.

5) As actividades do día a día (roleplays, expresións escritas, discusións…) son a base da avaliación.

6) Non interfire coas clases.

7) Non se necesitan días adicionais para exames.

Debo decir que me gustó el hecho de que no hubiese un ranking "correcto", pues cada grupo tuvo su ranking diferente, priorizando algunos aspectos por encima de otros.

Por último, realizamos una tarea de incorporación de evaluación formativa, de nuevo, en la actividad de mediación previamente creada, cuyo resultado fue el siguiente: 
Mi opinión respecto a esta actividad es la misma que para la anterior: trabajar sobre actividades previas es más motivador para el alumnado, pues ayuda a completar aún más una tarea que ya se consideraba finalizada, haciendo ver que siempre se puede ir un poco más allá.

Para finalizar esta entrada, y por ende, este blog, me gustaría hacer mención a la importancia de evaluar el proceso de enseñanza. Como futuros docentes, no sólo debemos motivar a nuestro alumnado a alcanzar su máximo potencial, sino que también debemos ser relativamente exigentes con nosotros mismos/as, pues cuestionándonos continuamente (sin ignorar jamás nuestras virtudes), es la manera que tendremos de empujarnos a, como en la tarea mencionada en el párrafo anterior, ir "más allá".

¡Muchas gracias por acompañarme a lo largo de estas entradas, os leo en comentarios!


1 comentario:

  1. ¡Hola, Samuel!
    Me ha gustado mucho el enfoque que le das a tu entrada del blog, sobre todo, me he quedado con la diferencia que explicas con los esquemas entre evaluación DEL aprendizaje y evaluación PARA el aprendizaje. Encuentro muy interesante este matiz que, la verdad si no fuera por haberlo tratado en clase y tú haberlo mencionado aquí, no hubiera conocido.
    Parece como que uno se puede imaginar que la evaluación del aprendizaje quizá pueda ir más en sintonía con la evaluación sumativa, ya que esta se basa en "juzgar" los conocimientos adquiridos de forma un tanto robótica, puesto que como tal no promueve demasiado la comprobación de la comprensión, sino más bien de la memorización. Mientras que la evaluación para el aprendizaje da la sensación que puede ir algo más de la mano con la evaluación formativa, cuya misión se centra más en la comprobación de la comprensión de los contenidos durante toda la puesta en marcha de las actividades realizadas en clase y pretende aportar ese feedback que les permita continuar aprendiendo y mejorando.
    Si bien es cierto que la evaluación para el aprendizaje, tal y como tú explicas, es mucho mejor para obtener resultados óptimos a largo plazo porque influye más activamente en el proceso de aprendizaje del alumnado, la evaluación del aprendizaje sí que puede haber algún caso (pocos) en el que sea de utilidad, como en un examen de recuperación o algo por este estilo, en donde no se dispone de tiempo de clase con el alumnado y por lo tanto no tenemos esa observación de aula que nos permite evaluar para el aprendizaje.
    No sé qué opinas tú sobre estos detalles.
    ¡Un saludo!, Marcelo

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