Diferente Puerto, Diferente Faro
¡Saludos!
Esta nueva entrada se la dedicaré al tema 4, impartido por Carla, en el que tratamos los diferentes certificados de lenguas extranjeras que existen a día de hoy y con los que podremos demostrar nuestras capacidades de manera "oficial". Sin embargo, previamente a la exposición del tema, Carla nos trajo al aula, tanto de manera presencial como online, a ex-alumnado del mismo máster que estamos cursando para que nos contasen sus experiencias previas, durante y después de realizar sus estudios. Me resultó tan útil como interesante, pues siempre está bien contar con diferentes perspectivas y ser consciente de las rutas que se pueden tomar, pues nunca se saben las vueltas que puede dar la vida. Considero que se deberían ofrecer más frecuentemente testimonios de gente que cursó y terminó, no sólo este máster, sino cualquier otro grado o curso, pues cuantos más enfoques tengamos, más realista será el nuestro.
Enfocándonos en el tema principal, como bien dije, orbitó al rededor de los certificados de lenguas extranjeras. Previamente a la explicación, realizamos una actividad en la que, divididos en grupos, a cada uno se le pedía investigar sobre un certificado concreto. Después de un tiempo de preparación, nos organizaríamos de nuevo en grupos conformados por personas que traten diferentes certificados, para que así cada uno/a explique el que le haya sido asociado. En mi caso, me tocó el ALTE, pero no me voy a centrar en cómo es concretamente cada certificado, pues se aleja del foco principal de mi entrada.
En el contexto de las lenguas extranjeras, los diferentes certificados que (co)existen actualmente son como faros que pretenden guiar a los/las aprendientes a través del vasto océano del aprendizaje lingüístico. No obstante, ¿realmente ofrecen un estándar claro y objetivo para medir las habilidades lingüísticas? Por lo menos para mi persona, esta pregunta suele generar cierta dicotomía.
Es cierto, que existen numerosos tipos de certificaciones (ALTE, EQUALS, CERCLES, EALTA...). Cada uno se presenta como un indicador fiable de habilidades lingüísticas en un idioma específico. Sin embargo, ¿cuál es el estándar?¿Hay alguno más correcto que otro?
A nivel personal, considero que no existe un "certificado perfecto" que sea aceptado universalmente en todos los ámbitos, pues cada certificado tiene su propio enfoque, estructura y nivel de reconocimiento en diferentes contextos. Por ejemplo, en el caso del inglés, el TOEFL y el IELTS son ampliamente aceptados en instituciones educativas angloparlantes, mientras que los exámenes de Cambridge son reconocidos en varios países alrededor del mundo.
La diversidad de opciones puede resultar confusa para quienes buscan certificar sus habilidades lingüísticas. Además, el costo y la disponibilidad de estos exámenes pueden ser barreras para muchos/as aspirantes.
Otro punto a considerar es la posibilidad de que estos certificados no reflejen completamente las habilidades comunicativas reales en un entorno cotidiano. A día de hoy es más que real el hecho de que el enfoque en ciertos exámenes, centrados en la gramática y la comprensión escrita, no siempre evalúa la capacidad de comunicarse efectivamente en situaciones de la vida real. Sin ir más lejos, esto mismo es lo que ocurre en la educación secundaria, donde realmente se estudia un inglés centrado en completar una hoja denominada (y demonizada) como "examen" de la manera más gramaticalmente aceptada posible.
Por otro lado, detrás de estos certificados se encuentran instituciones las cuales, si bien aparentemente no tienen fines personales/egoístas y se muestran muchas veces sin ánimo de lucro y con fines casi altruistas, no somos realmente conocedores/as de la situación real. Si no, ¿por qué muchas instituciones, a pesar de no tener ánimo de lucro, venden sus manuales a precios desorbitados? Si leísteis otras entradas mías, seguramente hayáis llegado a la conclusión que soy una persona bastante escéptica, y esta no es una excepción. Desgraciadamente, en un mundo tan centrado en la ganancia económica, resulta difícil de creer que instituciones o compañías que gastan no pocos recursos en proyectos como lo son los certificados de idiomas no saquen rédito económico de algún lado.
A pesar de estos desafíos y críticas, no se puede negar que estos certificados aún desempeñan (y seguirán desempeñando) un papel importante en el ámbito académico y profesional. Son reconocidos como una forma de validar las habilidades lingüísticas y pueden ser un requisito para acceder a programas educativos internacionales u oportunidades laborales específicas.
Entonces, ¿cuál es la respuesta? No hay un "certificado perfecto", pero la elección depende del contexto individual, los objetivos y las exigencias específicas de cada persona. Lo más importante es investigar y entender las diferencias entre los certificados disponibles, considerar las necesidades personales y profesionales, y tomar una decisión informada (para la cual testimonios como los ofrecidos en la sesión son más que necesarios).
En conclusión, aunque los certificados de idiomas pueden no ser el estándar absoluto que algunos esperan, siguen siendo una herramienta valiosa en el camino hacia el dominio de un idioma extranjero. Sin embargo, es fundamental considerar sus limitaciones y tomar decisiones informadas al elegir el más adecuado para cada situación.
Como siempre, ¡muchas gracias por llegar hasta aquí, espero con ganas vuestros comentarios, y nos vemos en próximas entradas!
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